Metamentesis

El significado de la palabra evolución implica una metamorfosis, un cambio hacia una forma madura, adulta, como sucede por ejemplo en el ciclo de vida de los insectos. La visión de Darwin en cambio sugiere que siempre estamos cambiando, evolucionamos en función a lo que sucede en el exterior para adaptarnos. Así parece que no estamos completos del todo, que no estamos realmente en esa etapa madura y por tanto no existe una forma terminada de nosotros pues evolucionamos para sobrevivir. Somos de algún modo un prototipo que ha de adaptarse lo mejor posible y si este no funciona, se extingue. Es cierto en cambio, que algunos organismos llevan millones de años sin cambiar su diseño tal y como sabemos ocurre en las libélulas, cocodrilos o cangrejo herradura por ejemplo. Pero siempre, la magia de la Naturaleza hace que coexistan excepciones. Esa es su grandeza.

Odonato, cocodrilo y cangrejo (fotos de :Deepack A.B./BBC/Istockphoto respectivamente)

Somos parientes de los demás serse vivos a un nivel profundo, molecular. Compartimos de los 4 bloques constructivos (ACGT) un porcentaje elevado con otros simios pero también con otros mamíferos, moscas o levaduras. Lo que conocemos como el Árbol de la Vida donde desde seres microscópicos la vida evoluciona hacia nuevas formas que junto con los hábitats que ocupamos configuran la biodiversidad.

Imagen del Árbol de la Vida ·tree of life· (Science, 2003, 300:1692-1697)

Al igual que la evolución y la metamorfosis son entendidas como procesos de cambio hacia un estado maduro, hoy me atrevo a inventar un nuevo termino, la metamentasis, y del que sorprendentemente no existen referencias en internet. La metamentasis (meta cambio; mentasis mentalidad) podría referirse a todo proceso mental que evoluciona hacia una fase madura, adulta, definitiva. Una evolución mental hacia un estado consciente pleno en el que Homo sapiens se adapta para evolucionar según las leyes naturales. Evolucionamos mas culturalmente que biológicamente y esto a muchos les sorprende. La cultura sin duda cambiará nuestros órganos y sobre esto hay ya mucha literatura. Somos los únicos seres con un crecimiento exponencial del cerebro. Esta característica nos dota de numerosas habilidades intelectuales que no empleamos para entender nuestra huella por la Tierra.

 

Evolución del cerebro de los homínidos hasta hoy

Tal y como nos describen la mayor parte de los artículos científicos sobre el tema, la supervivencia de la biodiversidad esta seriamente dañada y si bien es cierto que la Naturaleza no nos necesita, nuestra supervivencia y la de millones de organismos depende de ella. Así no parece que estemos efectivamente evolucionando bien. La Vida regenerativa por definición es un sofisticado sistema de interdependencias que Homo sapiens parece aún no entender. Así somos la única especie de ese Árbol de la Vida que no cuida de su entorno, del hábitat del que depende. El agua dulce es cada vez más escasa, la atmósfera y los mares están cada vez más contaminados, el clima está cambiando de forma desfavorables a la Vida, excepto quizás para algunos microbios, medusas y hongos. Para la mayoría en cambio está siendo ya fatal.

Según el eminente E.O.Wilson del que ya hemos hablado en alguna ocasión (post 2013), sólo con la entrega de la mitad de la superficie del planeta a la naturaleza podemos esperar salvar la inmensidad de las formas de vida que la componen. A menos que la Humanidad aprenda mucho más sobre la biodiversidad global y se mueva rápidamente para protegerla, pronto perderemos la mayor parte de las especies que componen la vida en la Tierra. La propuesta del proyecto Half-Earth ofrece una primera solución de emergencia en consonancia con la magnitud del problema: al reservar la mitad del planeta, podemos salvar la parte viva del medio ambiente y lograr la estabilización necesaria para nuestra propia supervivencia. ¿Por qué la mitad?, ¿por qué no un cuarto o un tercio?. A medida que las reservas crecen en tamaño, la diversidad de vida que sobrevive dentro de ellas también crece. A medida que las reservas se reducen en el área, la diversidad dentro de ellas declina a un grado matemáticamente predecible rápidamente a menudo inmediatamente y, para una gran fracción, para siempre…Así borramos ramas enteras de ese maravilloso Árbol de la Vida.

Eugene F. Stoermer en los años 80 y popularizado por el químico atmosférico Paul Crutzen en 2000, el termino Antropoceno, la época del hombre, ha sido ya aceptada. Los episodios de extinción no son especialmente raros en el tiempo geológico, pero han ocurrido en sólo unos 100 millones de años aproximadamente. Ha habido cinco picos de destrucción de los que tenemos constancia, y el nuevo que la humanidad ha iniciado, se conoce como la Sexta Extinción. Si en un futuro lejano los geólogos excavaran el suelo encontrarían capas definidas de suelo químicamente alterado, abundantes restos fósiles de plantas y animales domesticados que habrían reemplazado la mayor parte de la fauna y flora prehumana de la Tierra. Excavarían fragmentos de máquinas y un verdadero museo de armas mortales…

Nuestra fisiología y nuestras mentes están adaptadas para la vida en la biosfera, que sólo hemos comenzado a comprender. Ahora somos capaces de proteger el resto de la vida, pero en cambio seguimos siendo temerariamente propensos a destruir y reemplazar una gran parte de ella. Evolucionaremos mentalmente también?.

Imagen de página vietnamita

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