Tenemos la ciudad y el campo, lo urbano y lo rural. Desde hace ya algunos años, más de la mitad del planeta vivimos en ciudades y parece que llegaremos al 80% a mitad de siglo. El planeta está tan influido por las ciudades que entramos en una nueva era geológica denominada Antropoceno, dominada por los cambios producidos por la actividad humana a escala planetaria y por ello la llamamos la Era de la Ciudad.
Las nuevas ciudades no pueden contentarse con la mera existencia de parques con bellos árboles, rosaledas y hierba donde tumbarse. La relación con la naturaleza debe ser mas profunda, compleja y convertirse en un verdadero nuevo ecosistema. Sabemos sobradamente que la ciudad depende en gran medida de la naturaleza, los flujos del agua, aire limpio y suelo y sus recursos, pero que estos son también influidos por las ciudades. En las aves sabemos que algunas especies cantan de modo diferente en el bosque que en la ciudad. Pero también los lugares remotos son influidos por la urbe, de donde proceden las enormes cantidades de energía y recursos que demandamos a diario.
Bullit Center
La ciudad que funciona como la naturaleza se la denomina biomimetica. Y sonara idílico pero ya hay un interesante edifico, el Bullit Center de Seattle, en Washinton EEUU, donde los diseñadores y arquitectos se han inspirado en el funcionamiento (no en la forma) energético de un bosque o en su gestión del agua. El edificio se limita pasivamente a emplear lo disponible y devolver al medio lo que no requiere. Mas de 360 materiales tóxicos comunes en la construcción, no fueron empleados; casi 600 paneles solares (230.000 kW/h) proporcionan los requerimientos de todo un año, el agua de lluvia se emplea en las duchas o para beber tras filtración UV y el 100% de la madera empleada es certificada (FSC). Los más de 50.000 metros cuadrados funcionan como un verdadero ecosistema proporcionando servicios ecológicos, una huella positiva en lo que ya conocemos como urbanismo biofílico.
Desde una perspectiva más humilde pero ambiciosa a la vez, la iniciativa (Miel de Barrio) (post) pretende el desarrollo de la apicultura urbana imitando lo que desde hace décadas sucede en numerosas ciudades del mundo. Estas metropolis (París, Londres, New York y un centenar mas) son bien conocedoras de la vital importancia de la polinización melifera para nuestra propia seguridad alimentaria, sin duda también del lamentable declive de la especie y seguro de la necesidad de un modelo urbano sostenible.
En el siglo XIX París ya legislaba sobre la materia y un apicultor de guerrilla posicionó sus colmenas sobre la Ópera Garnier, reivindicando una ciudad dulce. En otro lado del planeta, jóvenes norte-americanos polinizaban los árboles de los jardines de su ciudad convenciendo a su alcalde a permitir la apicultura en los tejados y con toda una comunidad que crece y crece… Desde 1985 los ayuntamientos madrileños tienen la potestad de permitir la instalación de colmenas en los cascos urbanos (Decreto 35/1985, 8 mayo), pero lo prohiben. Lo simpatico es que desde la sede municipal del Media Lab Prado de Madrid, en cambio se permite el desarrollo de un sano activismo en pro de la actividad prohibida, como yo mismo he comprobado.
momentos del taller sobre apicultura urbana en Madrid
Desde siempre ha habido distinciones entre lo urbano y lo rural, pero a medida que la civilización avanza y se hace resiliente, tenemos que ir más allá de esas viejas distinciones. En la Era del Antropoceno tenemos que convertirnos en una verdadera especie proplanetaria. Y con los nuevos edificios cambiar la totalidad del planeta. Una vez alcanzada esa escala, las diferencias entre lo natural y lo que no lo es pasara a la historia… Necesitamos una perspectiva más sostenible con miras señar en el mundo a 100, 500 ó 1000 años. No olvides que son escalas humanas y de generaciones de familias. Si los edificios de las ciudades afectan al planeta entero, es hora de empezar a acturar como un planeta y pensar como Naturaleza y ciudad pueden evolucionar juntas como un todo.
Los políticos pueden aprender 6 lecciones que las abejas nos enseñan en el mundo de la gestión (si pueden entender el inglés más allá del relaxing cup of café con leche…) pues la Naturaleza es mas que un lugar donde escapar de nuestro estrés profesional, representando una fuente de sabiduría profunda que puede mejorar nuestras vidas y las tomas de decisiones (Forbes).
Si quereis una ciudad donde podamos libremente criar y cultivar nuestra propia miel, apoya este documento…y polinicemos colaborativamente como nos enseñan las fabulosas abejas.