Los incendios nos asolan cada verano en España y en particular apenas hace unos días el mayor acaecido en Madrid en lo que va de siglo afectando a las localidades de Cadalso de los Vidrios y Cenicientos (mapa mas abajo), arrasando mas de 33.000.000 de metros cuadrados. Imagina el tamaño del piso donde vivas y extrapola la cifra. A veces es mas sencillo visualizar el impacto en unidades mas cercanas que hectáreas, aunque al final sea la misma extensión. Los montes de otros países mediterráneos arden pero cada vez con más frecuencia se dan las condiciones de generación de incendios colosales evidenciando que los clásicos sistemas de lucha no hayan evolucionado ante estos episodios de retroalimentación y de respuestas impredecibles no lineales de los sistemas socio-económicos (SSE). Metidos en el Antropoceno, no podemos hablar ya de naturaleza a secas o de ecosistemas. No hay lugar en el planeta donde la acción de nuestra especie no haya ocasionado algún tipo de impacto. De ahí la denominación SSE. Según el Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales los números de áreas quemadas en nuestro país son alarmantes y siempre superando las 100.000 Has./año desde hace décadas. La virulencia del fuego es cada vez mayor con la aparición de megaincendios o incendios de sexta generación, de comportamiento explosivo y desconocidos hasta ahora que llegan a velocidades superiores a 4.000 Ha/hora, imposibles de mitigar con los medios vigentes.
Evolución reciente de los incendios en España
Mapa del área afectada en julio 2019 en la Comunidad de Madrid, mencionado en el post
La deforestación y la degradación de los bosques son responsables de alrededor del 15% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, según WWF. Y a lo largo del triste camino, perdemos la biodiversidad que los ecosistemas forestales brindan, arrollando la cadena de vida que genera beneficios para todos. A simple vista los bosques nos protegen de inundaciones, potencian la polinización, mantienen el control de plagas, posibilitan la formación y retención de suelo; proporcionan alimentos, medicamentos; el mero disfrute, ocio , conocimientos, inspiración. Nada, vaya. Son lo que conocemos como Servicios Ecosistémicos, tecnología natural gratuita al servicio de la Vida en la Tierra, no solo para nosotros.
La preocupación por la deforestación tiene que llegar a las empresas implicadas o no en sus campos de suministro de productos básicos. Sus objetivos incluyen a productores y fabricantes de todo tipo de materias, desde alimentos y bebidas hasta pulpa y papel, ingredientes integrados en miles de productos, junto con los minoristas que los venden y los bancos que los financian. Solo el 8% de estas empresas cumplen el Plan Deforestación Cero según este informe Forests Trends. Otro 80% de empresas de otros sectores aún siendo analizadas las oportunidades de conservación de bosques en sus negocios, aún no se comprometen. Estas empresas talan el equivalente a 30 campos de fútbol por minuto, según el Global Forest Report. Muchas de estas empresas impulsan la deforestación mediante el empleo de aceite de palma para productos alimenticios y cosmética, cuero para ropa y accesorios, el papel para cajas de pizza y la madera para muebles, comida rápida y muchos de lo que consumimos a diario. Mirar el etiquetado y buscar productos orgánicos certificados, locales y no de venta masiva o publicitada en TV es el camino.
La ausencia de compromiso y responsabilidad en la deforestación compromete seriamente no solamente a la vida en la Tierra, sino a las empresas en sus actividades.
Los bosques además almacenan naturalmente grandes cantidades de carbono, purifica los suministros de agua, mejora la calidad del aire y mantienen la diversidad d ela información genética que necesita la sostenibilidad de la Tierra. Es uno de los limites planetarios excedidos a pesar de los colosales beneficios que proporcionan. No tenemos tecnología sustitutiva. Una reciente publicación en la pretigiosa Science, afirma que su conservación, mantenimiento y regeneración contribuyen significativamente a reducir el riesgo de un cambio climático radical muy perjudicial.
Durante el fin de semana pasado, tuve el privilegio de contribuir a un censo de tejos, Taxus baccata en la Comunidad de Madrid junto con al Asociación Amigos de Tejo y Tejedas que llevan desarrollando una labor importante y ejemplar de conservación y activismo en torno a este singular y ancestral especie, emblema de los bosques en Europa. El recorrido con noche a la intemperie incluida fue un ejemplo de compromiso y buen hacer por parte de los integrantes que con alegría, tesón y pundonor recorrimos en 15 horas una travesía 22 km en altitud máxima de 2123 m en algunos momento a 48ºC y desniveles de terreno que llegaron a 47%.
brote de joven ejemplar de Tejo
recorrido realizado por el grupo de Amigos del Tejo para el censo de Taxus baccata en la Comunidad de Madrid.
Este fabuloso inventario que será en su día entregado al gobierno de la Comunidad, me suscitó la necesidad de una implicación por parte del sector privado en la enorme tarea de avanzar hacia el desarrollo sostenible. Las empresas hoy ya no solamente han de ganar dinero, han de comprometerse en la regeneración de tanto capital natural destruido como consecuencia de sus actividades. Todos tenemos un rol. Las acciones ya se conocen como Natural Climate Solutions, Nature Based Solutions, Impact Land Use Conservation (iLUC) o las Green House Gases Mitigation , … solo por citar las mas conocidas. En este tipo de trabajos hay mucho que financiar, pero mucho mas que ganar. Todo ello veraz no un lavado de cara estilo greenwashing. Un compromiso que bien comunicado y gestionado dará una verdadera nueva imagen de las empresas en el camino a re-establecer los límites planetarios y su aplicabilidad a través de los ODS (Objetivos del Desarrollo Sostenible).
Visualización d ela conexión de los Limites Planetarios con los ODS de Naciones Unidas.y que
El rol de las empresas es crítico en la transición económica que hemos de acometer. El negocio como de costumbre (BAU business as usual) ha muerto y el que no lo vea se extinguirá también. Solo será cuestión de tiempo. Las empresas se van a caracterizar por 3 tipos: aquellas de nueva creación acorde con lo nuevos tiempos y normativas; otras que han de marcar una camino de transformación hacia el nuevo contexto, evolucionar para sobrevivir y finalmente aquellas que desaparezcan por su incapacidad o incredulidad hacia el cambio. Sea cual sea su volumen de negocio. Siempre ha ocurrido así al igual que ocurre en la naturaleza. Los seres humanos somos naturaleza no estamos aparte de ella y por tanto sus leyes y limites nos afectan e influyen. La sordera y miopía del sector económico y el modelo que se ha impuesto de capitalismo agresivo nos ha llevado a lo que ya sufrimos y van a sufrir nuestros hijo y nietos. El siglo XXII está a una escala de familia. Cada día que sepamos que hay un incendio, recordar que somos mas vulnerables y que el capital natural del que dependemos es menor.
Implicate, no esperes.