El Maestro de las formas

 littleoctolarva de octópodo de David Liittschwager

La sepia, el pulpo y el calamar son los indiscutibles campeones del camuflaje y han ejercido exitosamente su oficio durante los últimos 500 millones de años. Mientras que sus parientes las almejas se quedaron descerebradas, seguras y casi inmóviles, los nautiloides y amonites acorazados comenzaron una osada aventura evolutiva, debido a la presión de los peces, hacia el peligroso mundo de la caza en movimiento, culminando en los vulnerables pero astutos cazadores de cuerpo suave que hoy conocemos. Los cefalópodos (que significa cabeza con patas) son los moluscos más inteligentes, grandes y móviles que presentan unas poderosas y singulares adaptaciones, como sus tentáculos con ventosas que les sirven para explorar, ojos que funcionan como una cámara fotográfica, piel que cambia de forma, color y textura, capacidad de formar nubes de tinta negra para escapar, feroces y picudas mandíbulas, un complejo comportamiento aprendido, y hasta relaciones simbióticas con bacterias bioluminicentes y neurotóxicas. Hay aproximadamente unas 700 especies de cefalópodos  incluyendo las sepias, calamares, pulpos, y el nautilo que viven a lo largo de los mares del mundo. Son considerados como los invertebrados marinos más altamente evolucionados que poseen órganos sensoriales elaborados, grandes cerebros y comportamientos complejos y a menudo son descritos como impresionantes criaturas inteligentes probablemente porque son los primeros invertebrados considerados como «sensibles» y, por lo tanto, el uso de ellos está incluso regulado por una directiva europea. En España nos limitamos a comerlos y sin duda nuestra relación hacia ellos debe cambiar.

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 evolución de los moluscos de un ancestro común y su filogenia en los cefalópodos (en azul) | anatomía parcial del cerebro de un pulpo

Los pulpos resuelven problemas, aprenden técnicas, curiosean avidamente todo lo que les circunda y llegan a sintetizar un nuevo brazo cuando es cortado. Incluso existe una metodología de enriquecimiento en acuarios para la especie. Nadie sabe con exactitud el número de especies, pero actualmente se conocen mas de 100 pulpos diferentes y mas de 300 del género Octopoda (8 patas). Son animales asombrosos con un cerebro descentralizado! y este punto aislado nos podría conducir a todo un aluvión de ideas para numerosas aplicaciones actuales. En estos invertebrados, el cerebro de halla por todo el cuerpo, desde la cabeza, 3/5 en sus brazos, e incluso la piel con numerosos organos sensoriales incorporados y sensores de luz a modo de millones de cámaras en funcionamiento a tiempo real y en contacto con el entorno que le rodea. El tamaño del cerebro es menor que el de una lagartija pero por el número de neuronas se asemeja mas al de un gato doméstico, hecho sorprendente para un invertebrado emparentado con las almejas o los caracoles. A pesar de su condición de daltónico de modo impecable imitan formas, colores y texturas para pasar inadvertidos y que su supervivencia y comunicación resulten exitosas. Este minivideo os lo muestra así como el que en su momento os mostré desde la sección de videos (nº7) de este mismo blog.

Roger Hanlon, gran experto, nos habla de lo que no sabemos de algunos de los mecanismos de los pulpos (4min.)

Desde siempre no solamente la especie humana, pero muchos otros organismos han necesitado del camuflaje para numerosos propósitos. El mimetismo y la cripsis en nuestra especie ha evolucionado desde algo básico empleando ramas y otros elementos naturales (recordar el vestuario militar) hasta lo que hoy intentamos alcanzar mirando y estudiando algunas especies animales que nos rodean. Tan solo la piel (un solo órgano) de los pulpos (una sola especie) resulta una poderosa herramienta de comunicación, camuflaje… que aún soñamos emular. Hoy nos resulta imposible conocer su funcionamiento completo de lo descrito y por tanto poder imitarla. Las actuales aproximaciones son aún garabatos aunque el camuflaje al que hoy hago mención, denominado activo o adaptativo entendido como el que se adapta, evoluciona rápidamente al entorno que le rodea proporcionando ocultamiento a quien lo ejerce, parece cambiar la percepción. Aún estamos lejos de acércanos a las habilidades del pulpo, pero esto puede cambiar según vemos en un reciente trabajo de las universidades de Houston e Illinois que acaban de desarrollar una hoja flexible y píxelada que detecta luz cambiando incluso los patrones del aspecto externo del blanco al negro y viceversa. Ciertamente lejos aun del pulpo pero sin duda un comienzo…(0:37 sg video) .

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algunas características de los cefalópodos con énfasis en la piel

La piel del pulpo como se ilustra en la imagen, resulta ser una malla compleja formada por tres capas de células neurosensitivas pigmentadas que en contracción emiten color mientras que relajadas no lo hacen. Los cromatóforos serían algo así como los pixeles de un Kindle a modo de una tinta de cristal fotónica. El resto de capas pueden reflejar pasivamente la luz ambiental para llegar a igualar el color del entorno. Las posibilidades de innovación que se brindan tras el estudio (no culinario) de los mecanismos y los procesos de una determinada especie animal, como en este caso, son ilimitadas. Es cierto que con el pulpo se requiere de cierta nivel de financiación debido a su sofisticados mecanismos, aunque otras opciones son también posibles.

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algunos diseños bioinspirados en la piel del pulpo

En el ZQJ nº4 recientemente traducido al castellano, la Dra. Tamsin Woolley-Barker nos escribe extensamente de este maestro de las formas con unas fantásticas fotografías. No te lo pierdas.

 octoformasvariedad de formas, colores y tamaños de algunas especies de octopodos (del libro japonés «Cephalopods amazing and beautiful creatures»)

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